January’s featured photographer is Verónica G. Cárdenas
Verónica G. Cárdenas is a photojournalist and documentary photographer living in the U.S.-México border, McAllen, Texas. Migration and identity issues are themes that they mostly cover.
“If I didn’t get them [puberty blockers first and then estrogen] I would experience like the worst pain of all, not being me. And not being me, not being free that’s really sad for me. I hate the idea of not being who I am, says Emma Basques, 13, who has identified as a girl since she was four years old.
With the lack of research on puberty blockers, very little is known. As of now experts know that it can affect bone density and potentially brain development if the timing of giving testosterone or estrogen is off.
However, for many people the benefits of medically transitioning far outweigh the side effects that might come because of it.
Jacy Chavira, 22, began using puberty blockers when she was transitioning into a boy when she was 13 years old. Later she went from puberty blockers to testosterone from ages 16 to 18 until she decided to detransition. “I feel like I had some identity issues, but not only gender identity, but identity as a whole.” Jacy had legally changed her name to a Japanese name, “Because I didn’t want to be seen as Mexican, I didn’t want to be seen for who I was. It was like throw away the whole person. I wish that the psychiatrist had caught on to that. Maybe if they had told me to just change my name to John or something.” Jacy also mentions that if it had not been for the help that she got while she was transitioning into a boy she is not sure that she would be here today since she was having many issues and going through the process still helped her. After going through this process she is left with a deeper, more masculine voice and a few physical changes, but she does not regret her decisions.
La fotógrafa del mes de enero es Verónica G. Cárdenas
Verónica G. Cárdenas es fotoperiodista y fotógrafa documental que vive en la frontera entre Estados Unidos y México, McAllen, Texas. Los temas de migración e identidad son temas que cubre en su mayoría.
“Si no los hubiera recibido [bloqueadores de la pubertad primero y luego estrógenos] experimentaría el peor dolor de todos, no ser yo. Y no ser yo, no ser libre, eso es muy triste para mí. Odio la idea de no ser quien soy”, dice Emma Basques, de 13 años, quien se identifica como niña desde los cuatro años.
Debido a la falta de investigación sobre los bloqueadores de la pubertad, se sabe muy poco de sus efectos secundarios. Hoy en día los expertos saben que puede afectar la densidad ósea y, potencialmente, el desarrollo del cerebro si la testosterona o estrógeno no se administran a su debido tiempo.
Sin embargo, para muchas personas, los beneficios de la transición médica superan con creces los efectos secundarios que podrían surgir a causa de ella.
Jacy Chavira, de 22 años, comenzó a usar bloqueadores de la pubertad cuando estaba en transición de niño cuando tenía 13 años. Más tarde, pasó de los bloqueadores de la pubertad a la testosterona de los 16 a los 18 años hasta que decidió la detransición. “Siento que tuve algunos problemas de identidad, pero no solo la identidad de género, sino la identidad en general”. Jacy había cambiado legalmente su nombre a un nombre japonés, “Porque no quería que me vieran como mexicana, no quería que me vieran por lo que era. Era como tirar a la basura a toda la persona. Ojalá el psiquiatra se hubiera dado cuenta de eso. Tal vez si me hubieran dicho que simplemente cambiara mi nombre a John o algo así”. Jacy menciona que si no hubiera sido por la ayuda que recibió mientras hacía la transición a hombre, no está segura de que estaría aquí el día de hoy, ya que estaba teniendo muchos problemas y este proceso la ayudó a lidiar con ellos. Después de pasar por este proceso, ahora tiene una voz más profunda y masculina incluyendo algunos cambios físicos, pero aún así no se arrepiente de sus decisiones.